Sustentada en el respeto a los animales y el medio ambiente, los alimentos ecológicos marcan tendencia entre quienes siguen la idea de llevar un estilo de vida más saludable y sustentable; el incremento de su producción y consumo sigue un ritmo exponencial, haciendo válida la pregunta respecto a si se trata o no de una moda más.
Se estima que de la totalidad de los consumidores, solo cerca del 12% elige productos eco por seguir la moda, entendiéndose que el 88% restante lo hace debido a los beneficios que la alimentación ecológica es capaz de aportar al organismo gracias a la eliminación de conservantes y pesticidas.
Una tendencia indiscutible de la gastronomía que apunta quedarse
La fiebre por los productos ecológicos parece no tener fin; no obstante, aún son muchos los que miran al concepto como una moda efímera en la alimentación española debido a la falta de pruebas científicas que los avalen como más beneficiosos para la salud respecto a los alimentos convencionales.
Si bien la realidad demuestra que lo natural no siempre es la mejor opción, no cabe duda que el consumo de productos ecológicos o bio supone una serie de ventajas sobre los que siguen un plan de producción en el que se involucran pesticidas y conservantes.
Ningún animal sufrió daños
Un punto diferencial de los alimentos ecológicos es que nadie sufrió durante su proceso de producción; los animales son criados en granjas adecuadas para brindarles condiciones de vida dignas, incrementando así su desarrollo.
El uso de hormonas es eliminado, discrepando del criado tradicional, donde el ganado ni siquiera consigue ver la luz del día, creciendo privados de libertad y altas dosis de estrés.
Saludables y libres de aditivos sintéticos
La forma primitiva de obtención de los alimentos ecológicos elimina del canal de producción la utilización de conservantes, colorantes y fertilizantes, así como de antibióticos, pesticidas o cualquier otro tipo de productos químicos, lo que además de hacerlos más saludables, incrementan la conservación de los nutrientes.
Como alimentos libres de residuos tóxicos, las vitaminas y antioxidantes presentes en los productos eco se mantienen casi intactas, concentración que facilita su mejor asimilación.
Respetan el medio ambiente
Alcanzar un consumo sostenible y mejorar las condiciones del planeta, son los pilares en los que se sustenta la creación del concepto; los alimentos ecológicos persiguen minimizar los riesgos para la salud en todos los sentidos, incluyendo la reducción de los niveles de contaminación y lucha contra el efecto invernadero.
El uso de fuentes renovables reviste igualmente mejoras en la eficiencia energética, y ralentización de la desertificación gracias a un modelo de agricultura en el que se fertiliza la tierra, favorece la retención del agua y promueve la biodiversidad.
El respeto por los ciclos naturales de los cultivos se traduce no solo a un mayor equilibrio de la ecología en general, sino al empleo óptimo de los recursos naturales, potenciando así la fertilidad natural de los suelos y reciclaje de los nutrientes.
Más económicos
A diferencia de lo que muchos suponen al tener a figuras como Michelle Obama y Gwyneth Paltrow como embajadoras del concepto, los alimentos ecológicos no son prohibitivos, siendo sencillo encontrar cualquier variedad de opciones a precios verdaderamente asequibles.
Esto se debe tanto al proceso de producción en sí que siguen estos alimentos, como al aumento de la demanda y de marcas que comparten una filosofía de vida que apunta quedarse en lugar de ser una moda pasajera.
¿Cómo identificar alimentos ecológicos?
En la mayor parte de los supermercados y tiendas de alimentos en los que se ofertan, los productos ecológicos suelen estar en un espacio apartado y bien identificado.
Sin embargo, la verdadera forma de identificar alimentos ecológicos se encuentra en sus propias características; por lo general, estos productos tienen una mejor apariencia en lo que a color se refiere, así como un sabor más intenso, aspectos que obedecen a su desarrollo en la naturaleza libre de intervención artificial.
Presumir de la etiqueta eco demanda que al menos que los ingredientes sean producidos de manera ecológica, además de superar rigurosos controles que permitan obtener la certificación oficial de una práctica realizada bajo los lineamientos que estipula la Unión Europea.
Mayor concentración de antioxidantes
Los estudios científicos efectuados en torno al tema destapan que alrededor del 69% de los productos eco concentran mayor cantidad de antioxidantes de gran beneficio para la salud en general, sobre todo los vegetales, mismos que además reúne en su composición menos cadmio.
Discrepando de los alimentos producidos de forma convencional, los alimentos ecológicos son de temporada, o lo que es igual, su producción se da dentro de la estación natural a fin de eliminar la necesidad de utilizar aditivos para su conservación, manteniendo intactos sus nutrientes.
Alimentación saludable vs tendencia
Hasta el momento, el consumo de alimentos ecológicos se basa más hacia una decisión impulsada por mejorar la calidad de vida y cuidar del planeta siguiendo un esquema sustentable y no en una simple moda, tendencia o ideal romántico.
En esencia, la adopción del concepto se vincula a la conciencia global de las personas preocupadas tanto por su bienestar como por la relación que llevan con el entorno y el mundo que les rodea.
Más que moda, filosofía de vida
Teniendo como objetivo intentar mejorar las condiciones de la Tierra, la aparición de nuevos sistemas productivos, limpios y sostenibles marca el rumbo hacia un cambio en el que prime la conciencia ciudadana; combinar el consumo de productos bio a prácticas de gestión de residuos, abona el camino hacia un mundo mejor.
Seguir las normas de certificación ecológica nos aproxima a un sistema de producción en el que se respeta el medio ambiente y prioriza la salud. Los cultivos con abonos naturales enriquecen el suelo y garantizan la obtención de productos que mantienen la totalidad de sus propiedades.
La calidad de los productos de origen animal se ve igualmente beneficiada, ya que al evitar el uso de antibióticos y hormonas que aceleran el crecimiento, es menor la modificación de los nutrientes.
En el modelo ecológico, la fauna y flora que rodea los cultivos no se ve afectada por la producción ecológica, sirviendo en su lugar de aliados para evitar efectos contaminantes, plagas y enfermedades, incrementando la biodiversidad.